Memoria viva

Eduardo Galeano con su gran poética e infinita inspiración hace una reflexión a la memoria viva que hemos querido compartir con Uds.

LA MEMORIA VIVA
Hermanito, me va a disculpar. Yo quisiera ir con usted, pero tengo mucho que hacer.
(En el entierro de Jorge López, en el valle del Bolsón. Palabras de su mejor amigo) .
Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacer la, más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos. Ella, desde el aire, nos respira.
Es contradictoria, como nosotros. Nunca está quieta. Con nosotros, cambia. A medida que van pasando los años, y los años nos van cambiando, va cambiando también nuestro recuerdo de lo vivido, lo visto y lo escuchado. Y a menudo ocurre que ponemos en la memoria lo que en ella queremos encontrar, como suele hacer la policía con los allanamientos. La nostalgia, por ejemplo, que tan gustosa es, y que tan generosamente nos brinda el calorcito de su refugio, es también tramposa: ¿Cuantas veces preferimos el pasado que inventamos al presente que nos desafía y al futuro que nos da miedo?
La memoria viva no nació para ancla. Tiene, más bien, vocación de catapulta. Quiere ser puerto de partida, no de llegada. Ella no reniega de la nostalgia, pero prefiere la esperanza, su peligro, su intemperie. Creyeron los griegos que la memoria es hermana del tiempo y de la mar, y no se equivocaron. 

Entrevista a Elena A.
  Vecina del barrio Patria de la Mariscal, su casa comprada hace más de 40 años por su padre, se conserva intacta hasta hoy.
 -¿ Que espacio de la antigua casa de su padre es su preferido?
En el ir y venir de un día ajetreado encuentro descanso y también inspiración  en la sala de la casa, donde está el piano, lo toco hace años, me relaja, me aníma y también siento una suerte de nostalgía...





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